Hernán Cortés y el alacrán de Yautepec

 

 

Xavier López Medellín

julio 2013

Página de relación

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Hernán Cortés realizó diversas actividades económicas en varias regiones de la Nueva España con el objeto de expandir su influencia y poder. Una de las zonas más transformadas por el conquistador fue la región donde actualmente se localiza el estado de Morelos, donde construyó su palacio que fue la sede del Marquesado del Valle de Oaxaca hasta su muerte.

En la zona norte de Morelos, Cortés plantó varios árboles de moras que servirían de alimento a los gusanos de seda. Para ello construyó en Yautepec una casa que serviría para cuidar los capullos de los gusanos e hilar la seda, todo con el fin de iniciar el comercio de su precioso producto. Para comenzar esta actividad, mandó traer desde España los huevos de gusanos de seda y a especialistas para encargarse de la producción del proceso. Sin embargo, la primera producción exitosa de seda probablemente ocurrió en 1546, un año antes de la muerte de Cortés (Martínez 1995).

Municipio de Yautepec, Morelos

Izq. Árboles de mora (Morus spp.). Der. Gusano de seda (Bombyx mori) y capullo de seda.

En cierta ocasión, mientras Cortés recorría sus morales fue picado por un alacrán. Podemos asumir que Cortés sufrió un envenenamiento severo, al grado que prometió a la Virgen de Guadalupe que si lo salvaba de la muerte le haría una rica ofrenda. En las tierras calientes de Morelos se distribuye uno de los alacranes más venenosos del mundo: el alacrán de Morelos (Centruroides limpidus). El veneno de este alacrán afecta las membranas celulares del sistema nervioso central y músculo-esquelético, bloqueando los canales de sodio y potasio. Al picar una víctima, el alacrán inyecta su veneno a través del telson de manera subcutánea y se disemina por el cuerpo a través de la sangre (Tay-Zavala et al. 2004). La frecuencia de envenenamiento por picaduras de alacrán varía según la época del año, siendo estaciones de primavera y verano donde registran más picaduras, pues es cuando los alacranes están en reproducción (Osnaya-Romero et al. 2001).

Al poco tiempo Cortés comenzó a mostrar mejorías en su salud, por lo que consideró que sus plegarias a la Virgen de Guadalupe habían sido escuchadas. Encargó a un orfebre la creación de una fina joya a manera de relicario que contendría adentro al alacrán que lo picó. Posteriormente, durante su viaje a España en 1528, Cortés pasó unos días en el Monasterio de Guadalupe en Extremadura donde presentó la joya a la Virgen cumpliendo así su promesa.

Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe, Extremadura, España (foto Felix Hinz)

En la Historia de Nuestra Señora de Guadalupe, escrita por fray Gabriel de Talavera e impresa en Toledo en 1597, se menciona entre las preseas del camarín de la Virgen de Guadalupe:

“Está también con lo que hemos referido, un escorpión de oro, engaste de otro verdadero que encierra. Ofreciole Fernando Cortés Marqués del Valle, honra, valor y lustre de nuestra España. Dio ocasión a esta dádiva el milagro famoso, que en su defensa obró Nuestra Señora; habiéndolo mordido un escorpión y derramado tanto veneno por su cuerpo que le puso a peligro de perder la vida. Puesto en este estrecho, volvió los ojos a Nuestra Señora suplicándole le acudiera en tanta necesidad. Fue su majestad servida de oír su petición no permitiendo pasara adelante el daño. El famoso capitán agradecidísimo de la merced, vino de lo más remoto de las Indias a esta santa casa, año de mil quinientos veintiocho y trajo este escorpión de oro y el que le había mordido dentro. Es este engaste y pieza de mucho valor, y de maravilloso artificio en que los indios se aventajaron”  (Gómez de Orozco 1942).

Otro cronista del mismo Monasterio de Guadalupe, fray Francisco de San Joseph, escribió en su Historia Universal de Nuestra Señora de Guadalupe impresa en Madrid en 1743, la indicación que el exvoto es de oro con “mosaico azul, verde y amarillo, con 43 esmeraldas muy claras, grandes y hermosas, las más de ellas labradas con mucha extrañeza, y que tiene también cuatro perlas, dos colgantes y otras dos presas en las garras del escorpión, añadiendo que éste es hueco y dentro tiene el cuerpo del que mordió a Cortés”. Esta última descripción fue recogida en 1778 por un hermano lego del Monasterio cuyo nombre se ignora, para hacer un inventario donde copió lo mejor que pudo las alhajas de la Virgen de Guadalupe, entre las que estaba el exvoto de Cortés (Gómez de Orozco 1942). Tal vez sea este el exvoto cristiano más antiguo de la Colonia del que se tiene noticia, pero desgraciadamente se encuentra extraviado desde el siglo XIX.

Izq. Alacrán Centruroides limpidus de Morelos. Der. Imagen del inventario de las alhajas de la Virgen de Guadalupe realizada en 1778. Cortesía del Monasterio de Guadalupe, España.

 

En 1942, el historiador mexicano Federico Gómez de Orozco escribió un artículo titulado ¿El exvoto de Don Hernando Cortés?, en el cual expone sus dudas sobre un par de temas interesantes relacionados con dicha joya. El primero es la ubicación actual del exvoto, ya que desapareció del Monasterio de Guadalupe en el s. XIX y actualmente se ignora su paradero. Este autor menciona que en el Instituto Valencia de don Juan, en Madrid, existe una joya parecida conocida como el lagarto de Cortés. Al respecto, menciona que en un artículo suyo de 1921, cuenta la historia del escorpión de Yautepec modificando la palabra escorpión por alacrán, pensando que se trataba de un sinónimo del ponzoñoso arácnido. Sin embargo, después de ver la joya del Instituto Valencia, observó que se trataba de un reptil, por lo que asumió que en efecto se trataba del lagarto enchaquirado (Heloderma horridum), que también se le conoce como escorpión y que cuenta con un poderoso veneno.

El Heloderma horridum puede alcanzar hasta 90 cm de longitud y pesar hasta cuatro kilos y es de movimientos lentos. Su veneno lo inyecta a través de unos dientes particulares y para que penetre en el organismo, es necesario que el animal muerda a la persona y mantenga su mordida mientras mastica para que el veneno salga (Lidikay 1997). Por estas razones, no considero probable que este haya sido el animal que mordió a Cortés; aparte del hecho que realizar una relicario para contener el cuerpo de un animal de semejante tamaño resultaría, además de demasiado oneroso, bastante impráctico.

Izq. Heloderma mexicano o escorpión (Heloderma horridum). Der. Exvoto del Instituto de Valencia de Don Juan. Tomado de: E.W. Palm 1951.

Por el contrario, el alacrán Centruroides limpidus es muy abundante en las regiones calientes del norte del estado de Morelos y es responsable de varios miles de picaduras cada año en la región. Es así que concluyo que el Centruroides limpidus de Yautepec, fue el responsable de casi derrotar al aguerrido conquistador de la Nueva España, quien saliera victorioso en tantas batallas. También considero que el exvoto con forma de lagarto que se encuentra en el Instituto de Valencia de Don Juan no tiene relación alguna con el aún desaparecido Exvoto de Cortés, el cual seguramente estará en manos de algún coleccionista privado, como tantas obras de arte que deberían estar en un museo.

 

LITERATURA CONSULTADA

Lidikay, C. E., Biochemistry of Helodermatid venom. Stanislaus Journal of Biochemical Reviews. 1997

Martínez, J. L. 1995. Hernán Cortés. Segunda reimpresión. México D.F. 1995

Osnaya-Romero, N., T. de Jesus Medina-Hernández, S. S. Flores-Hernández, G. León Rojas. 2001

Clinical symptoms observed in children envenomated by scorpion stings, at the children´s hospital from the State of Morelos, Mexico. Toxicon 39, pp. 781-785

Palm, E. W., Renaissance Secular Jewellery in the Cathedral at Ciudad Trujillo. The Burlington Magazine 93 (583) 1951, pp. 316-321

Tay-Zavala, J., J. G. Díaz-Sánchez, S. Vega, L. Castillo-Alarcón, D. Ruiz-Sánchez, L. Calderón-Romero, Picaduras por alacranes y arañas ponzoñosas de México. Revista de la Facultad de Medicina UNAM 47(1) 2004, pp. 6-12