La Constitución y Organización del Reino Colonial Español: Ejemplarizados en el Caso de la Nueva España bajo Hernán Cortés

 

 

Felix Hinz

mayo 1999

Página de relación

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Índice General

I. Introducción

II. Las condiciones previas en la metrópoli

III. La lucha de Cortés por su nombramiento como gobernador de la Nueva España

IV. La exploración radial del país

V. La organización militar

VI. Reconstrucción, primer infraestructura y economía

VII. La administración civil

VIII. La Iglesia y el ´buen tratamiento de los indios´

IX. Final de la época de Cortés: recompensa y derrocamiento

X. Bibliografía

XI. Notas

Hernán Cortés de Monroy

I. Introducción

En sus orígenes la Nueva España no era un país con fronteras fijas, sino que se designaba así a todas las tierras conquistadas y gobernadas por Hernán Cortés. Por tanto - según informaciones de la Corte - , la Nueva España estaba constituida por „las tierras e provincias de Aculuacán e San Juan de Ulúa (1) donde está la gran laguna en que está edificada la gran cibdad de Temistitlán-México” (2). Si bien éstas tierras a finales del gobierno de Cortés ya se extendían desde el Pánuco hasta Trujillo en Honduras.

Uno de los propósitos fundamentales de este trabajo es el estudio de las diferentes etapas en el desarrollo y crecimiento de esta colonia (presuponiendo que lo fuera (3)), proceso durante el cual se repiten una serie de esquemas de hechos anteriores relacionados con el Nuevo Mundo como son: derrocamiento del líder de los conquistadores por el rey (4), pago vacilante a la hueste - que cuando es posible no en se hace en forma de encomienda hereditaria, posterior institución de una audiencia, ocupación de altos cargos por parte de españoles de Europa, y paralelamente la creación de las bases de una primera infraestructura y economía.

Pero también conviene señalar que la Nueva España en sus orígenes posee una serie de peculiaridades ligadas a la impronta personal del conquistador y primer gobernador Hernán Cortés; quizá la figura más emblemática y extensa en la historia de la conquista de Amerindia. A lo que contribuyó, sin lugar a dudas, la vastedad y riquezas de las nuevas tierras descubiertas en ultramar por la Península.

II. Las condiciones previas en la metrópoli

Legalmente todas las tierras descubiertas en Amerindia eran propiedad de la corona de Castilla (5). Con ello el rey pretendía dirigir todo el descubrimiento, la conquista, la población, el gobierno, así como el comercio derivado de ellas. Ya los reyes católicos no permitieron a la alta aristocracia participar en algunos proyectos relacionados con las Indias, a pesar de que en múltiples ocasiones se habían ofrecido para financiar y encabezar expediciones; debido al temor de los monarcas a que los nobles intentaran establecer en las nuevas tierras un estado feudal que coartara sus derechos. Y muy por el contrario, si lograban mantenerse al mando de manera aislada en el Nuevo Mundo el poder real sería mucho mayor.

Con este propósito en 1492 Fernando e Isabel nombraron en la figura del obispo Rodríguez de Fonseca6 al encargado especial de todos los asuntos de Amerindia. En 1503 se fundó la Casa de la Contratación en Sevilla, puerto el cual poseía el monopolio de todo el tráfico desde y hacia las Indias. Ésta era la primera autoridad central que „comprendía todos los problemas de la navegación transoceánica del tráfico comercial, del recaudamiento de impuestos respecto a derechos de aduana y a impuestos que pesaban sobre las colonias y finalmente del tráfico de personas y su control“ (6) además poseía tareas técnicas y científicas. Sólo la ciudad de Sevilla controlaba dicho monopolio porque el estado en la antigua Edad Moderna no tenía la capacidad para crear un aparato de funcionarios suficientemente complejo como para controlar más puertos españoles (7), además poseía tareas técnicas y científicas. Pocos años más tarde, Carlos V (8) fundó el Consejo Real y Supremo de las Indias con García de Loaysa, obispo de Burgos, como presidente. El consejo llevaba la administración civil, militar, y de justicia además de desempeñar los derechos reales patrocinios sobre la Iglesia en ultramar. Esta ampliación de la administración central en la metrópoli resultaba de una importancia decisiva para el desarrollo interior de las colonias.

Tampoco conviene olvidar la situación en la que se encuentra el rey Carlos en estos años (1520-1526): Coronado rey de Roma en Aquisgrán el 23 de octubre de 1520, antes habían surgido algunos competidores, y hubo de pagar múltiples sobornos a los príncipes electores alemanes (9) y contraer deudas que supondrían un pesado gravamen también para las coronas de España. Además por su nuevo rango estaba obligado a llevar a cabo una política mucho más cara de lo que se podía permitir - de acuerdo a circunstancias normales, es decir: sin tener en cuenta las conquistas de México y Perú. (10)

También mencionar que estos años estuvieron caracterizados por las divisiones religiosas. Así el 27 de enero de 1521, comienza del „Reichstag zu Worms”, la época en la que Martín Lutero tuvo que defender su nuevo credo. Poco más tarde, estas divisiones religiosas supondrían divisiones políticas para Carlos que entendía su monarquía desde ambas vertientes. De hecho, ya en el período de la reconquista, en la Península la religión habia sido instrumentalizada con mucho éxito para la unificación. El caso es que el emperador a este problema debía unir los enfrentamientos con el rey de Francia, Francois I (11), y la guerra contra los turcos. Eran demasiados frentes abiertos como para prestar la suficiente atención a la conquista del Nuevo Mundo; y ocuparse de la unificación religiosa - eje fundamental de su pensamiento político.

III. La lucha de Cortés por su nombramiento como gobernador de la Nueva España

La conquista de Tenochtitlán y sus aliadas (Texcoco,Tlacopan y ciudades sometidas) con tan pocas efectivos españoles supuso un resultado excelente para Cortés (12). Los agobios que hubieron de pasar él y sus hombres son casi imposibles de creer cuando se lee la Historia Verdadera de Bernal Díaz (13), el cual participó como peón en el descubrimiento y la conquista del país. (14)

El dilema de Cortés fue que no pudo negociar un contrato con la corona- como Cristóbal Colón por ejemplo - que le garantizara el oficio de gobernador y capitán general o virrey en las tierras que conquistara. No sabemos cuando decidió rebelarse contra Diego Velázquez (15) y conquistar México - probablemente poco a poco. Un paso siguió a otro: Después de fundar la Villa Rica de la Vera Cruz, que no fue autorizado por Velázquez, se encontró bajo la presión forzosa del éxito. Para salvar su cabeza necesitó la benevolencia del rey (un apuesta muy audaz, o muy desesperada) y por el momento la de sus hombres. Para resumir, decir que necesitó mucho oro (en lógica europea).

El primer paso en dirección a una legimitidad provisional fue la elección de Cortés como capitán general por el - también provisional - cabildo de Veracruz (una ciudad en este momento todavía inexistente). En la Carta Primera Cortés no se atreve a dirigirse al rey personalmente: se escondió detrás de los procuradores de la nueva villa, (16) pero en las siguientes escribió directamente. Se puede decir que tuvo suerte realmente porque en estos momentos Carlos V necesitaba recursos económicos, como hemos visto anteriormente.

El único inconveniente era que la posible ayuda del rey procedía de España, bastante más lejos que Cuba geógraficamente hablando, y desde allí otro capitán general como era Narváez (17) podía dar al traste con la empresa de Cortés. No obstante, el emperador, es decir, - Fonseca - antes de reconocer a Cortés como gobernador envió a otro candidato: Cristóbal de Tapia (18).

Tapia llegó sin ejército, sólo con los documentos reales, y de nuevo Cortés promete a sus hombres un gran botín, a lo cual no pudo hacer frente el recién llegado, revelandose así como un pésimo estratega.

El cabildo de Veracruz no recibió a Tapia, y Cortés se jugó el todo por el todo: continuó enviando tesoros al emperador: Riquezas éstas de lo más maravilloso que se habia visto en Occidente. En este sentido, el 27 de agosto de 1520 Alberto Durero (19) se mostró entusiasmado en su diario después de haber visto el tesoro en Bruselas: „allerley wunderbarlicher ding zu manniglichem brauch, das do viel schöner an zu sehen ist dan wunderding. Diese ding sind alle köstlich gewesen, das man sie beschäczt umb hundert tausend gulden werth. Und ich hab aber all mein lebtag nichts gesehen, das mein hercz also erfreuet hat als diese ding. Dann ich hab darin gesehen wunderliche künstliche ding und hab mich verwundert der subtilen ingenia der menschen in frembden landen.“ (20)

El 19 de mayo de 1522, navíos de Cortés trajeron un tesoro incluso más grande que el anterior, y aunque la mayor parte fue robada por el pirata francés Juan Florín, el resto impresionó enormemente a sus contemporáneos (21), y finalmente también al emperador, el cual interpretó la estupidez brutal de Pedro de Alvarado (22), que provocó la así llamada „noche triste” y la pérdida de gran parte del botín como falta de Narváez, es decir, de Velázquez (23). Poco más tarde también Francisco de Garay recibiría una provisión real llamandóle al orden para que no insistiera en fundar una villa en el Pánuco (24).

El 15 de octubre de 1522 fue el dia de la designación de Cortés como gobernador y capitán general de la Nueva España „sin perjuicio de cualesquier derecho quel adelantado Diego Velázquez o vos por el tiempo que como dicho es, nuestra merced e voluntad fuere“ (25). A partir de este momento Cortés queda libre y legitimado, pero se encuentra ante el cometido de organizar un país con distancias todavía desconocidas, culturas extrañas y con pocos efectivos españoles.

IV. La exploración radial del país

Una vez que Cortés se había apoderado de Tenochtitlán, mandó exploradores por distintos rumbos „porque Vuestras Majestades sepan la tierra que es, la gente, que la posee y la manera de su vevir y el rito y cerimonias, seta o ley que tienen, y el fruto que en ella Vuestras Reales Altezas podrán hacer y della podrán rescibir y de quién en ella Vuestras Majestades han sido servidos” (26) - de nuevo la versión oficial. Sin embargo, el motivo principal fue naturalmente la búsqueda de oro y otras riquezas así como la conquista de toda la región. El centro de estas exploraciones radiales era la antigua capital azteca. Los capitanes que, el ahora gobernador, fue enviando tuvieron que escribir también cartas de relación a Cortés: así ordenó „lo más a menudo que vos pudiéredes, de me escribir muy largo de todo lo que hasta aquella sazón os hubiere acaecido y hubiese que me escribir, porque yo sepa dónde estáis y lo que hacéis y os provea de las cosas que tuviéredes necesidad” (27). - O „que los indios sean traídos al conocimiento de nuestra santa fe católica” (28), se repite éste como principal argumento pero probablemente no sea más que una justificación para la conquista que un verdadero deseo (29) , y también „en especial que no maten gentes como lo solían hacer [sc. sacrificios humanos], so pena de muerte [sic]” (30). (Ambos argumentos tenían un papel muy importante a la discusión sobre los títulos de justificación para hacer guerra en las Indias, por ejemplo en las relectios de Francisco de Vitoria (31).) Pero los propósitos de Cortés, como podemos observar en las órdenes que dio a sus capitanes, eran bien otros: “veréis las minas, que agora se han descubierto en estas provincias” (32), que funden colonias y buscen en puertos idóneos (33) después del descubrimiento del Pacífico, pues cuando oyó en Tenochtitlán noticias sobre un mar en el oeste „uno de los primeros objectivos fue la búsqueda de la Mar del Sur“ (34) - sea la ruta a las especias.

La expedición primera se dirigió a la región de Coatzacoalcos. Gonzalo de Sandóval35 conquistó Huastusco, Tuxtepec (?) (36), Oaxaca, Centla, Chinantla, Tabasco y tierras de los zapotecos y fundó Medellín (37) y Espiritu Santo (38). También Impilcingo (en la costa de Guerrero) (39) y Colima, fundando además la villa homónima (40). Bajo el mando de Pedro de Alvarado comenzó en febrero de 1522 otra expedición a Tututepec, como consecuencia de la misma se fundó Segura de la Frontera (41) y el 6 de Diciembre de 1523 hubo una segunda a Sonusco y Chiapas llegándose hasta Guatemala (42) donde se fundó Santiago de los Caballeros de Guatemala (43). Alvarado demostró en sus acciones una gran brutalidad, y en sus cartas no se percibe ningún interés por la belleza del país o por la tan avanzada cultura de los Mayas-Quiché (44). A Michoacán (45) e Hibueras / Honduras (46) fue Cristóbal de Olid (47) el 17 de julio de 1522, a principios de 1523 Juan Rodríguez de Villafuerte, que fundó la Villa de la Concepción de Zacatula (48), un puerto y astillero muy importante, y, finalmente, un pariente de Cortés - Francisco Cortés de San Buenaventura tuvo bajo su mando otra expedición a Colima. Allá escribió la Relación de una Visitación (17.01.1525) instructiva „en la que describe una extensa zona: tierras y pueblos del suroeste de Michoacán, centro y suroeste de Jalisco, Nayarit, Colima y aun Ixtapa, Guerrero” (49).

A excepción de la conquista de la provincia del Pánuco (por parte de „un tal Pineda y Vicente López” (50)) todas las entradas fueron por el oeste, el sur, y el sur-oeste de Tenochtitlán. La razón por la cual los españoles encontraron tan fácilmente el ansiado oro fue porque existía un libro de tributos de los aztecas (51) que revelaba los rumbos hacia las regiones más ricas (52). Sin embargo, ni en este libro ni tampoco en los mapas indígenas (53) se mostraba con claridad el elcontorno del país, por lo que Cortés dependía enteramente de sus relaciones con los capitanes para llegar a conocer la geografía de la Nueva España. En 1519, cuando Cortés y sus hombres salieron a la tierra de México, „el Mar del Sur [...] quedaba identificado con el Sinus Magnus de los mapas de Ptolemeo”.Y „sudamérica, considerada aún por muchos como una masa continental independiente no era para otros, más que la península asiática, más ancha y un tanto desplazada hacia el sudeste, eso sí, que tanto Martello como Behaim colocaran entre el Sinus Magnus y el Atlántico. Esta última actitud, que rechazaba [sc. Cortés], como resultado, la existencia de un estrecho por el centro del continente, es, sin duda alguna, la que adoptó Cortés. Sólo con ella a la vista se pueden entender tanto sus referencias a la Mar del Sur como sus actividades en dicho oceáno“ escribe Martínez-Loza (54). Especialmente Alvarado tuvo orden de buscar el estrecho en su camino hacia Guatemala, poco más tarde Cristóbal de Olid en Hibueras, en la costa en sentido contrario - y finalmente Cortés fue personalmente (55). Éste no sabía si el estrecho, - de hallarse - se encontraba realmente al sur o al norte de la costa, entre el Pánuco y la Florida (56).

Las descripciones de la época, como la de una isla del Mar del Sur que Cortés mandó buscar a uno de sus capitanes (57) hoy nos pueden resultar algo cómicas: „toda poblada de mujeres sin varón ninguno [...] muy rica de perlas y oro” (58).

V. La organisación militar

Un problema fundamental fue controlar y someter a tanta gente (59) con las escasas fuerzas de Cortés y sus capitanes „como sean gentes sin número y vosotros tan pocos, os podrían matar todos” (60). Para mantener el terreno ganado calculó que necesitaría al menos mil hombres a caballo y cuatro mil a pie (61). Con el fin de defender el país contra los indios sometidos, (y como base económica) Cortés introdujo - en contra de la voluntad de Carlos V - la encomienda. Éste poseía informaciones sobre el desastre demográfico de los indígenas en las Antillas y Cuba y quiso prevenir en el continente de modo que envió a Cortés instrucciones prohibiéndole encomendar a los indios: „Crió los dichos indios libres y no sujetos que los dejéis vivir libremente como nuestros vasallos viven en estos nuestros reinos de Castilla” (62). No obstante, la situación en ultramar estaba fuera de control del rey, y le era muy difícil, a tanta distancia informarse sobre los hechos que allí ocurrían. Pero por la otra parte cuesta trabajo pensar que el rey creyera que iba a ser obedecido por Cortés, si bien pudo ser una trampa escondida detrás de la humanidad y la fe en Dios de la corona en la que el conquistador no pudo evitar enredarse. Cortés emprendió una huída hacia adelante al escribir, a excepción de la Carta Cuarta, del 15 de octubre de 1524, una carta reservada a Carlos V y expone con „franqueza a veces impertinente“ (63) por que no había podido obedecer (64). En cualquier caso, sin indios no hay Indias, pero sin españoles tampoco, y, Cortés llevaba razón en que „en estas partes los españoles no tienen otros géneros de provechos, ni maneras de vivir ni sustentarse en ellas, sino por la ayuda que de los naturales reciben“ (65): Los conquistadores venían a México con la esperanza de enriquecerse, y aunque se encontró mucho oro, la hueste de Cortés perdió casi todo en la así llamada „noche triste“, además de otro tesoro en el robo de Juan Florín (66), descontando, por supuesto las partidas destinadas al emperador y a Cortés (67) y sus capitanes. No quedó mucho para los peones como Bernál Díaz del Castillo. Por eso se hizo necesario pagarles de otra manera: con encomiendas, es decir: con indios. Este sistema de pago tenía la ventaja de que los conquistadores estaban obligados a quedarse en el país y a no volver a Cuba o España. Las ordenanzas de Cortés del 20 de marzo de 1524, nos muestran como Cortés supo combinar el sistema de la encomienda con las necesidades militares. De este modo, cuanto más grande era la cantidad de indios en una encomienda tanto más armas debía de tener el encomendero preparadas (68). Todo encomendero que tuviera más de quinientos indios tenía que mantener un caballo, y cada cuatro meses los alcaldes y regidores (69) de cada villa estaban obligados a hacer alardes (70). Además, cada una de los personas que recibieran indios estaban obligados a residir en el lugar un mínimo de ocho años y - si estaban casados - debían traer sus mujeres en el plazo de un año y medio, y si no lo estaban debían casarse en el acto con la consiguiente obligación de construirse una casa (también en el plazo de un año y medio) (71) y fundar una familia.

Después de la guerra contra Tenochtitlán Cortés mandó construír un castillo en la laguna „que con tenerla es en nuestra mano la paz y la guerra cuando la quisiéremos, teniendo en ella los navíos [sc. los 12 bergantínes con los cuales Cortés sitió la ciudad] y artillería que agora hay“ (72). Esta fortaleza simbolizaba el corazón de la defensa de la Nueva España, porque aunque derrotada en 1521 Tenochtitlán podría suponer un peligro si llegara a poblarse de nuevo, y además dicha reedificación (y la elección como capital) era un gran deseo del conquistador „por la grandeza y maravilloso asiento della“ (73), y porque su aspecto le impresionaba profundamente y su posesión aumentaba su honra.

No es fácíl hablar sobre las demás fortificaciones, como Veracruz o Segura de la Frontera. Sobre primer el caso „Veracruz“ (fundó en 1519) escribe Calderón Quijano: „Esta primitiva Veracruz debió ser más que nada un campamento, y sus defensas consistirían probablemente en zanjas y trincheras, y en todo caso en una empalizada.“ (74) Supone que todas las fortalezas habían sido construidas a la manera de los indios (y por indios): „de figura redonda en forma de caracol“ (75). Carlos V no pareció encontrar éstas muy seguras - ni siquiera contra las armas de los indios - por lo que les permitió la compra de artillería (76).

Con el fin de independizarse militarmente de su enemigo Diego Velázquez, que puso trampas al disidente (por ejemplo al no venderle yeguas, con la consecuencia de que Cortés tenía que comprar más caros todos los caballos (77)), buscó pronto materiales con un valor estratégicas. Encontró azufre para fabricar pólvora en el Popocatépetl, que fue una gran suerte, salitre, un poco estaño y cobre para cañones y hierro en varios lugares (78). Con razón, Cortés estaba orgulloso de sus importantes progresos, permitiéndose la tontería de regalar al emperador „un tiro que se llama Fénix de plata que pesó veinte e dos quintales e medio cuando se metió en la fundación“ (79), hecho en México y con la inscripción: AQUESTA NACIÓ SIN PAR / YO EN SERVICIOS SIN SEGUNDO / VOS SIN IGUAL EN EL MUNDO. Ésto no iba a ayudar en apaciguar las envidias que proliferaban en la Corte ...

VI. Reconstrucción, primer infraestructura y economia

En su Carta Cuarta Cortés escribe con orgullo sobre Tenochtitlán al emperador, „que hay hoy en la cibdad hasta treinta mil vecinos“ (80) y que „puede creer Vuestra Sacra Majestad que de hoy en cinco años será la más noble y populosa cibdad que haya en lo poblado del mundo“ (81). Cuando vino Francisco de Garay a la capital de Cortés en diciembre de 1523 ya pudo contemplar la nueva Tenochtitlán / México en construcción bajo la dirección de Alonso García Bravo que ya había llegado con él mismo a Pánuco en 1520 y sabía algo de topografía (82). José Luis Martínez menciona además que „el conjunto urbanístico de los antiguos mexicanos se adapta de manera admirable a las ideas españoles: la plaza mayor al centro, rodeada por la iglesia, los palacios de gobierno y las casas nobles“ (83). Lo cual no es de exrañar porque tanto mexicanos como españoles, vivían bajo el dominio de una monarquía absoluta. - Pero a los españoles les debió de parecer que en la arquitectura azteca también se apreciaba el dominio del hombre sobre la naturaleza (con una ciudad tan grande como Tenochtitlán en una laguna con sus terraplenes, puentes o pirámides / templos), aspecto coincidente con los ideales renacentistas de Europa.

Para poblar la ciudad de nuevo los conquistadores fueron recompensados por sus servicios con un solar (84). En Tenochtitlán Cortés por su parte se mandó constrir un palacio en el mismo lugar del viejo palacio de Moctezuma II (85) (Casas Nuevas) y asignándose además el antiguo palacio de Axayácatl (86) (Casas Viejas), que solo medía unos 25 solares (87), intentaba demostrar de esta manera la continuidad de poder, es decir que Cortés (como gobernador del emperador, pero ésto resultaba ahora demasiado abstracto para la mayoría de los indígenas) era el sucesor legal de Moctezuma II. (Es muy interesante el hecho de que el Palacio Nacional de hoy día todavía esté en el mismo lugar de la residencia del ultimo „emperador“ azteca.)

„Una de las más principales cosas que habéis de mirar mucho es [...] ver en cuántos lugares es menester que se hagan asientos en la costa de la mar“ según manifesta Carlos V (88), y Cortés suscribió esta petición. Para ello, mandó muchas veces a su capitanes a buscar puertos - especialmente a la costa del Pacífico (89). Cuando Gonzalo de Sandóval y Francisco Cortés de San Buenaventura encontraron él de Acapulco, todavía el mejor puerto natural de la costa del Pacífico de toda América, Cortés enseguida se mostró muy interesado y dio instrucciones para una primera ampliación: „Podéis vos mandar facer en él asiento, donde ha de ser el pueblo: una muy buena casa junto al desembarcadero [...] al abrigo de las cosas necesarias, para cuando vuelvan los navíos [...]; también podéis mandar entre tanto que se pasa el pueblo, buscar un buen asiento cerca del puerto donde fagáis una muy buena estancia de ajes e yuca, que aunque sea de la desta tierra, será harto buena; e que pongan muchos maizales todos los indios para que cuando os paséis tengáis que comer.“ (90) Cuando fue posible Cortés fundó astilleros en estes puertos para la exploración más fácil de la costa y del mar (del Sur).

Los primeros pueblos coloniales tenían todos un aspecto primitivo semejante. El acto fundicional consistía en una declaración a través de la cual se fundaba el poblado y se nombraba las autoridades de la misma. A menudo Cortés encargaba a sus lugartenientes organizar la construcción. Después de limpiar el sitio de la villa „señalaréis los lugares públicos que en ella están señalados, así como plaza, iglesia, casa de cabildo, e cárcel, carnicería, matadero, hospital, casa de contratación“ y los solares de los vecinos españoles (91). De acuerdo con el ideal de la época Cortés daba mucha importancia a el trazado de las calles: „trabajaréis mucho que las calles vayan muy derechas“ (92).

Los aztecas no eran famosos por sus ingenieros de caminos como los incas, y aunque existían algunos pasos, para las villas españolas se requería un mejor trazado para gobernar un país tan grande (93). El más importante para Cortés era naturalmente el camino de Tenochtitlán a Veracruz, su comunicación con las islas americanas y con España. Con esta medida Cortés controlaba también todo el comercio entre dichas villas: Se había establecido un arancel por cada huevo (94).

La agricultura azteca era - en relación con la de Europa - primitiva porque no sabían arar, y la causa principal de la inferioridad india era la falta de bestias de tiro y montura y de proteínas importantes: de caballos, vacas, cerdos, ovejas o cabras. No se conocían los cereales - sólo el maíz que tampoco es muy nutritivo. Después de su llegada a Tenochtitlán, Bernál Díaz relata lo que había visto en el mercado mayor: „Pasemos adelante y digamos de los que vendían fríjoles y chía (95) y otras legumbres e yerbas a otra parte. Vamos a los que vendían gallinas, gallos de papada (96), conejos, liebres, venados y anadones [?], perrillos (97) y otras cosas desta arte“ (98). Cortés pretendió organizar una economía como la española y pidió a Carlos V que „mande inviar su provisión a la Casa de la Contratación de Sevilla para que cada navío traiga cierta cantidad de plantas y que no pueda salir sin ellas, porque será mucha cabsa para la población y perpetuación della [sc. esta tierra]“ (99). Los encomenderos „puedan con ellos [sc. con sus indios] hacer estancias de labranzas así de yuca y ajís, como maizales e otras cosas“ (100), además estaban obligados a plantar sarmientos, „plantas de vides de las de España en cantidad que se puedan hacer [... y] otras plantas de árboles de España, o trigo o cebada o otros cualesquier legumbres, así mismo sean obligados a los plantar e sembrar en los pueblos de los indios que tuvieron“ (101). La adopción de animales domésticos españoles pronto resultó eficaz, en especial en el caso de las ovejas (102). Para producir también artículos de lujo Cortés incluso llegó a criar gusanos de seda en la Nueva España.

Los indios que no trabajaban en encomienda estaban obligados a pagar tributos - se trataba de los que habían luchado al lado de los españoles en la conquista de Tenochtitlán voluntariamente. Este sistema tributario impulsó además el comercio interior, un aspecto importante para reactivar la vida en la destruida y despoblada capital azteca. Por otra parte, la encomienda servía para la explotación de la capacidad productiva de los indios.

VII. La administración civíl

En los primeros tiempos (hasta 1526) no existía una administración civil muy compleja. No obstante, a la cabeza de dicha administración - como gobernador de la Nueva España- se encontraba Cortés. Pero como dejó dicho Carlos V: „agora y de aquí adelante, en ningún tiempo del mundo [...] no será enajenada ni la apartaremos de nuestra corona real, nos ni nuestros herederos ni sucesores en la dicha corona de Castilla“ (103) - dejando claro así desde un principio que dichas posesiones las consideraba como bienes de la corona y que no aceptaría un nuevo estado feudal dominado por los conquistadores - o sus lugartenientes. Algunos de los cuales se encontraban en las provincias más apartadas. Por cuyo motivo les ordenó establecer relaciones regularmente con sus enviados para coordinar sus decisiones. Así, todos los pobladores de la Nueva España estaban obligados a construir una casa en una de las nuevas villas (104) quedando incluídos en la administración de la ciudad. Y a su lado trabajaban normalmente oficiales reales de Hacienda como eran el veedor (105),el factor (106),el contador y el tesorero. Un tesorero real acompañó a Cortés durante toda la conquista (Julián Alderete), pero el 15 de octubre de 1522 Carlos V envió a Alonso de Estrada de tesorero, a Rodrigo de Albornoz de contador, a Gonzalo de Salazar de factor y a Peralmíndez Cherino de veedor coincidiendo con el nombramiento de Hernán Cortés como gobernador y capitán general de la Nueva España „porque haya con vos personas cuerdas e oficiales nuestros [...] e les deis parte de todo lo que os pareciere que conviene a nuestro servicio [...] que ellos ansimismo llevan de mí mandado que os honren y acaten como es razón, y en todo los favorezcáis como de vos confío“ (107). En su Carta Cuarta Cortés confirmó la llegada de estos oficiales,(108) que más tarde tendrían un papel importante como tenientes de gobernador de la Nueva España en Tenochtitlán cuando Cortés descubriera con su ejército la tierras de Honduras.(109)

Localmente se gestionaba la administración tanto de los pueblos españoles (funcionaban como centros políticos, militares y administrativos) como de los pueblos indios. Para los primeros existía - afortunadamente - un documento instructivo: las ordenanzas municipales de 1525 para La Natividad y Trujillo. Después de haber fundado estas dos villas en Honduras, Cortés mandó „que en cada una de las dichas villas haya dos alcaldes ordinarios y cuatro regidores, e un procurador, con escribano del consejo de ella, los cuales rijan e juzgan las causas así civiles como criminales que en las dichas villas y sus términos se ofrecieren“ (110), que estos se nombren cada año el 1. de enero (111), que „haya un fiel que vea y visite todos los bastimentos en las dichas villas [...] e los pesos y medidas con que se vendieren“ (112). Esta organización correspondía a la de España (113). Para controlar a los alcaldes Cortés nombró por lo menos un lugarteniente para dichas ciudades (Hernando de Saavedra) que era su responsable. Cortés ordenó tener especial vigilancia en el buen tratamiento de los indios (no parece que fuera pura retórica) y „en que a los maestres y otros señores de navíos que a estos puertos vinieren no les sea hecho ningun agravio“ (114) porque las nuevas colonias eran dependientes del comercio con la Hispaniola o Cuba, especialmente en los comienzos. Además „os juntaréis con los alcaldes y regidores, e juntos en vuestro cabildo [...] un día en cada semana“ (115), lo mandó controlar la forma de encomienda en su región y de dirigir la manera de construir las calles, plazas y edificios de las ciudades. (116)

La sospecha de Cortés era justificada en cuanto a que algunas de las nuevas poblaciones se separarían de su gobernacíón, como fue el caso de la rebelión de Olid en Hibueras. Olid se sintió seguro porque primeramente la jungla de la península de Yucatán y Tenochtitlán se encontraban dentro de su posición. En segundo lugar porque sabía que Diego Velázquez, adelantado de Cuba, apoyaba a cualquier enemigo de Cortés y que Cuba no estaba tan lejos de Hibueras como Veracruz o Tenochtitlán. Tercero, porque conocía los elevados gastos que suponían una expedición como la suya (117). Y en cuarto lugar porque suponía que Cortés no tenía el tiempo de ocuparse de él personalmente sin el riesgo de más rebeliones de los indios (118) o otros lugartenientes de la Nueva España. Por otra parte, Cortés se lanzó contra Olid porque conocía muy bien su debilidad en este punto. Tenía que confiar en sus lugartenientes a (casi) toda costa y por eso quiso dar un escarmiento con Olid - no sólo para el bienestar de la gobernación de la Nueva España (Hibueras era solamente una zona periférica) sino también por una cuestión de principios y de honor ( - de honor también en el caso en que descubrieran el estrecho en esta región).

La administración local de los pueblos indígenas no cambió mucho. Muchas veces Cortés nombró al cacique del pueblo, después de que fuera bautizado, o a un pariente del cacique. Esto es ,por ejemplo, lo que ocurrió en Tenochtitlán: „Y para que más abtoridad su persona tuviese tornéle a dar el mesmo cargo que en tiempo de señor tenía, que es liguacoat, que quiere tanto decir como lugarteniente del señor, y a otras personas principales que yo también ansimismo de ante conoscía les encargué otros cargos de gobernación desta cibdad que entre ellos se solían hacer“ (119). Por esta razón la baja aristrocacia india fue la única capa social que fue integrada en la sociedad colonial.

VIII. La Iglesia y el ´buen tratamiento de los indios´

Naturalmente, en primer término habría que hacer distinciones. ¿Estamos hablando de los aztecas que eran el principal objetivo de la guerra de Cortés, porque eran los más ricos y poderosos, o de los totonacos con el Cacique Gordo de Cempoala o los tlaxcaltecas, los cuales ayudaron a Cortés de manera decisiva, o de los tarasascos (en Michoácan), zapotecas (en Tehuantepec) y mixtecas (en Teotitlán y Oaxaca) que no formaban parte del imperio azteca y resistieron unos años más contra los españoles - o de las mayas en el sur-este, de los cuales algunas tribus que consiguieron quedar fuera del dominio español durante más de doscientos años en el Petén u otras que fueron conquistadas por Alvarado y Cortés en Guatemala y Honduras? Y es que todos ellos tuvieron suertes muy desiguales.

Por una parte naturalmente no podemos llamar a Cortés „libertador de los indios“ (120), pero sí es de justicia reconocer que hubo gobernadores mucho más brutales que él. En relación a sus aliados (en estos momentos: los tlaxcaltecas), escribió al emperador: „que tienen alguna más libertad, no los repartí como los otros [sc. los aztecas y sus aliados]; y porque tengan también sojución, que conviene tanto como lo demás, están en la dicha provincia dos o tres hombres en guarda dellos e que les hacen sembrar maizales para Vuestra Alteza“ (121). Sin embargo pagaban algunos tributos „voluntariamente“.

Los indios que servían en encomiendas tenían que trabajar para sus encomenderos en forma reglamentada por Cortés 1524: De manera general el dueño estaba obligado a tratar bien a los indios y mostrarles los principios de la fe católica, podía hacer con ellos faena (pero no con niños y mujeres) durante veinte días (con una interrupción de treinta días) y les daba una cantidad determinada de alimentos y vigilar que hicieran oraciones cristianas regularmente y les pagaba cada año medio peso de oro (122). - Así era al menos teóricamente. Pero la realidad era que resultaba muy dificíl para los escribanos registrar todo, o si no, eran frequentemente corruptibles. Aunque los encomenderos no poseían la jurisdicción sobre sus indios, (que diera a las encomiendas una forma feudal) no obstante la ejercían porque nadie los controlaba. (123)

Carlos V y su consejo tenían la idea de que los españoles y los indios vivieran juntos en ciudades grandes „que entre los dichos indios y españoles, haya contratación y comercio voluntario, a contentamiento de partes, trocando los unos con los otros las cosas que tuviesen“ (124), de manera que los españoles mostraran las costumbres, el pensamiento, la moral europea y la fe católica y los indios la adoptaran. - Por su parte Cortés decide que estaba prohibido „ir a los [pueblos] de los indios [...] sin especial licencia y mandado, [porque] se hacen [sc. los españoles] tantos males, que aunque en otra cosa yo y las justicias que tengo puestas no los ocupásemos, no se podría acabar de evitar, por ser tierra como es tan larga“ (125). Es harto probable que escribiera la verdad.

La conquista de las regiones de alrededor de Tenochtitlán se inspiró en las ideas recogidas en el requirimiento (126) de Palacios Rubios (1513), que dice - después de una explicación brevissima de la fe católica y de lo que es el rey de España - que a todos que se rendieron sin lucha „su Majestad [...] dará muchos privilegios y excepciones“, si no „certificoos que con la ayuda de Dios yo [sc. el capitán que llegue al pueblo de los indios y lee el requirimiento] entraré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas las partes y manera [...], y tomaré vuestras mujeres y hijos y los haré esclavos [...] como a vasallos que no obedecen [sic] ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen“ (127). Además de los esclavos de guerra, el emperador permitió a los conquistadores tomar los esclavos de los sacerdotes indios que iban a ser sacrificados a los „ídolos“ (128) - una licencia dudosa.

La disminución de la población indígena a comienzos del periodo colonial fue un fenómeno caracteristico de toda Amerindia. Enfermedades traídas por los españoles, contra las cuales los indios no tenían defensas, habian reducido a la mitad la población indígena del valle de Oaxaca (la que no luchaba contra los españoles) para 1568, por ejemplo. (129)

La justificación más frecuente de la conquista era la de la conversión y adoctrinamiento de los indios en la fe cristiana. - Lo cual trajo la destrucción de la identidad cultural de éstos ( religión endiablada, codices quemados). Cortés ya construyó unas cruces o altares en su camino hasta Tenochtitlán y encargó a los indios de ocuparse de ellas y rezar oraciones,(130) pero todavía no había verdaderas iglesias. La primera iglesia mayor en Tenochtitlán / México era muy pequeña y se construyó entre 1524 y 1532 (131). Participó también un clérigo en los años de la guerra contra Tenochtitlán, fray Bartolomé de Olmedo, que por los primeros años era el único clérigo de la Nueva España. El 13. de marzo de 1524 llegaron el grupo famoso de los Doce franciscanos (132) a San Juan de Ulúa, y Cortés transformó su camino hasta la capital „en un acto de Fe“ (133) porque buscó una alianza política con ellos contra la corona (134). Mandó que todos los pueblos indígenas y españoles saludaran a los clérigos con toda cortesía y solicitud, y que por todas partes sonaran las campanas (ya había muchas) (135). Esto supuso el comienzo de una evangelización sistemática en el continente. No fue hasta 1526 que vinieron los dominicos, doce también, y con la mala suerte de que la mayoría de ellos murieron pronto.

El plan misionero de Cortés consistía en adoctrinar primero a los hijos de la aristrocacia en un monasterio - cuando fuera posible. Esta medida tenía la gran ventaja de que los españoles siempre poseerían rehenes para cuando los indios se rebelaran. Cualquier español que tenía algunos en encomienda estaba obligado a buscar a „una persona que sea hábil e suficiente, la más que se pudiere hallar e de buenas costumbres, para que tenga carga de industriar a los dichos muchachos“ (136) y si tenía otros indios en repartimiento a tener un clérigo para ellos. Como ya vimos, la idolatria y especialmente el sacrificio humano estaba terminantemente prohibido y había varios ejemplos de castigos. (137)

Sin embargo, ya en los primeros años fueron bautizados muchos indígenas, pero sin gran adoctrinación sino bajo presión. Por otro lado, los misioneros tenían que luchar contra dificultades que hoy parecen dificíl imaginar como el problema de la comunicación (un problema fundamental en toda la conquista - palabra clave: Malinche) o las distancias, muchas veces llevadas a cabo a pie.

¿ Fue la Iglesia -la que después de la conversión de los indios - el poder que les protegía? Pensamos en Bartolomé de las Casas (138) o Francisco de Vitoria - pero la Iglesia tenía tambien otra cara: Sin el trabajo de los indios no hubiera sido posible la construcción de monasterios o iglesias. Sin servirse de la encomienda los clérigos tampoco hubieran podido subsistir en la Nueva España. No obstante, bajo el dominio de Cortés no sucedió mucho más que el bautizo de montones de indios. (139)

IX. Final de la época de Cortés: recompensa y derrocamiento

El 12 de marzo de 1524 Cortés se marchó hacia Hibueras como ya vimos antes. Esta expedición fue un fracaso en relación a los propósitos de encontrar el estrecho y descubrir países ricos y - lo más importante- fue un gran error político. En su ausencia ocurrieron alzamientos que Cortés describió en una carta dirigida a la Audiencia de Santo Domingo (140): La situación se asemejaba a una guerra civíl. Durante meses ni en Tenochtitlán ni en España se sabía con seguridad si Cortés todavia vivía o había muerto en las selvas de Yucatán. Además, sus enemigos entablaron varios pleitos y acusaron a Cortés de asesinatos y prevaricación. Bernál Díaz escribe que Cortés estaba realmente desesperado y no quiso arriesgarse a volver a Veracruz porque „temo desque sepa que estamos en el puerto nos haga [sc. uno de sus lugartenientes, el factor Gonzalo de Salazar] otro desvergüenzas y atrevimientos más de lo que ha hecho, o me mate, o me ahogue o heche peso, así a mí como a vuestras personas“ (141). Por supuesto, una situación como ésta no tenía mucho en común con las ideas de Carlos V de buen gobierno de la Nueva España - y Cortés era el responsable. El emperador le ordenó que viniera a la Corte para defenderse: Este fue el principio del fin.

El proceso de derrocamiento fue similar al de Cristóbal Colón. Al principio fue declarado inocente, pero no trajo como consecuencía la recuperación del poder político en México, porque las acusaciones duraron y el gobierno quedó en manos de una audiencia, es decír primero del licenciado Luis Ponce de León (142) y, después de su muerte, del licenciado Marcos de Aguilar.

Carlos V recompensó a Cortés con títulos:

1. En marzo de 1525 recibió el título de adelantado. (143)

2. Al mismo tiempo le concedió un escudo de armas. (144)

3. En junio del mismo año Cortés fue aceptado en el habito de Santiago. (145)

4. Finalmente el emperador le concedió el título de marqués del valle de Oaxaca con las dichas tierras. (146)

Un año después, cuando el dominio español en el país conquistado parecía asegurado, Cortés fue también destituido como capitán general. (147) Después de su historial personal como rebelde contra Velázquez no pudo exigir - sólo pedir.

El marqués por su parte, como vimos en el incidente con el Fénix tenía la opinión que ningún favor sería demasiado grande para su persona. Decepcionado, siempre se mantuvo leal al emperador y sus representantes en la Nueva España, aunque a veces resultó duro. Si realmente quería crear un propio estado feudal bajo el dominio del rey de España en ultramar,(148) Cortés fracasó (con la excepción de su valle) como todos los conquistadores que vinieron antes y después. Quizás también le traicionó su carácter de hombre de acción no aceptando que su tiempo en la Nueva España ya había pasado y lanzándose a otras zonas en las que desarrollar sus actividades: el Mar del Sur y las Molukkas.

Después del derrocamiento de Cortés como gobernador la corona gobernaba de manera más directa sobre México, por lo cuál envió a sus propios candidatos, hombres de España sin hueste...

En relación con otros conquistadores Cortés fue recompensado de manera generosa. La primera causa probablemente fue la riqueza de la Nueva España, pues Alvarado (Sandóval murió pronto) también recibió títulos y el cargo de gobernador de Guatemala. A diferencia de él o del posterior gobernador del Pánuco, Nuñez de Guzmán, que más tarde fuera presidente de la audiencia contra Cortés, Cortés no mostró una brutalidad fuera de serie, y consideró el oro no como medio para hacerse rico, sino como medio de poder. Y parece que - sin ánimo de glorificarle - poseía un sentimiento de amor y responsabilidad hacia los países y las gentes que conquistó.

 

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XI. Notas

(1) DC I, Real cédula de nombramiento de Hernán Cortés como gobernador y capitán general de la Nueva España e instrucciones para su gobierno (15.10.1522), 250

(2) Hay una disquisición de opiniones sobre este tema en Pietschmann 1980, 162

(3) El ejemplo de la familia Colón y su pleito contra la corona es el más famoso.

(4) Ver p. 18

(5) 1451-1524; obispo de Burgos, arzobispo de Rosano; enemigo de Cortés

(6) Pietschmann, Staat u. staatl. Entwicklung 1980, 112: „umfaßte alle Fragen der transozeanischen Schiffahrt, des Handelsverkehrs, der Steuereinziehung der auf dem Handel mit den Kolonien lastenden bzw. in diesen selbst einzuziehenden Abgaben und schließlich auch des Personenverkehrs und seiner Kontrolle.“

(7) Pero la corrupción y el sistema de testaferros era tan común que el historiador no puede confiar en los datos de las actas. Ver Reinhard 1985, 107

(8) 1500-58; 1516-56 Carlos I, rey de España; 1519-56 Carlos V, emperador romano-alemán

(9) Ver Martín Acosta 1990, 293-307

(10) Ver por ejemplo DC I, Cédula de Carlos V pidiendo dinero a Hernán Cortés (10.12.1523), 276

(11) 1494-1547

(12) Nació en Medellín en 1485; compañero de Diego Velázquez; tomó parte en sus severas campañas de pacificación de Santo Domingo y pasó con él a Cuba en 1511; en 1522 se reconoce su capitanía general de la Nueva España; en 1528 el emperador le da el título de marqués del Valle de Oaxaca; muere en Sevilla, en 1547

(13) Ca. 1483 - ca. 1573

(14) „Miren los curiosos letores si esto que escribo si había bien ponderar en ello, qué hombres habido en el Universo que tal atrevimiento tuviesen.“ HV, cap. LXXXVIII, 181

(15) Nacido de Cuéllar, en 1465, murió en Cuba en 1522 o 1524; acompañó a Colón en su segundo viaje y Bartolomé Colón le nombró Capitán general de las Indias; Diego Colón le eligió para poblar una parte de Cuba (siendo su lugarteniente Pánfilo de Narváez); en 1517 preparó la expedición de H. de Córdoba, en 1518 la de Grijalba y en 1519, la de Cortés a México y fue su más feroz enemigo

(16) Ver por ejemplo DC I, Cédula de Carlos V pidiendo dinero a Hernán Cortés (10.12.1523), 276

(17) 1470 (en Valladolid) - 1528 (en la Florida); amigo de Diego Velázquez, con quien llega a La Habana en 1514; en 1520 le confía Velázquez 11 navíos y 7 bergantines con unos 1.400 hombres) para capturar vivo o muerte a Cortés, llevando para sí el nombramiento de gobernador de la Nueva España; pese a la voluntariosa mediación de fray Olmedo para que una sus tropas a las de Cortés, lucha con el extremeño y es vencido; una parte de su tropa se une a la de Cortés; el emperador le otorga el título de adelantado para la conquista de la Florida

(18) Veedor en funciones de Santo Domingo

(19) 1471-1528; pintor alemán

(20) “Cosas de todas clases para cualquier uso que son mucho más hermosas que raras.Todas estas cosas eran exquisitas, de manera que tengan un valor estimado de cien mil florines. Y nunca en mi vida he visto cosas que alegraran mi corazón como éstas. Porque vi en ellas muchas cosas artísticas y extrañas y me maravillé del talento sutil de las gentes de tierras tan lejos.” Glanz u. Untergang des Alten Mexiko 1986, 14

(21) DC I,Relación del oro,plata,joyas y otras cosas que los procuradores de la Nueva España llevan a su Majestad ( 10.05.1522): 32.226 pesos de oro, más de 105 marcos de plata, 232-238 (también 239-249)

(22) Ca. 1486-1541; capitán en una nave en la expedición de Grijalba (1518); ya al primcipio de la conquista Cortés le nombró su segundo y estuvo presente en la mayoría de los hechos bélicos; destacar que fue en gran parte el causante de la noche triste; capitán general de Guatemala y Soconusco (Chiapas)

(23) DC I,Carta de Carlos V a Hernán Cortés en que le da instrucciones para el gobierno de la Nueva España y le anuncia el envío de oficiales reales (15.10.1522), 254

(24) „Yo vos mando que en lo que toca a todo lo que entra en la gobernación del dicho Hernando Cortés e a su descobrimiento e población, no os entremetáis a comunicar ni contratar ni poblar ni facer otra cosa alguna en las dichas partes“ DC I, Provisión de su majestad mandando a Francisco de Garay no entremeterse en la gobernación de Hernán Cortés (24.04.1523), 263

(25) DC I, Real cédula de nombraiento de Hernán Cortés como gobernador y capitán general de la Nueva España e instrucciones para su gobierno (15.101522), 250/51

(26) CR, Carta Primera (10.07.1519), 106

(27) DC I , Instrucción civil y militar de Hernán Cortés a Francisco Cortés para la expedición de la costa de Colima (1524), 314

(28) Ibid. 311

(29) Se basaba en Marco 16, 16: „Qui crediderit, et baptizatus fuerit, salvus erit, qui vero non crediderit, condemnabitur.“

(30) DC I, Instrucción civil y militar de Hernán Cortés a Francisco Cortés para la expedición de la costa de Colima (1524), 311

(31) Vitoria: 1483-1546, Ver Vitoria: De Indis I, 2, 11, 1-3 (p. 54); I, 2, 21 (pp. 67-69) y Hanke 1988, 387-405

(32) DC I, Instrucción civil y militar de Hernán Cortés a Francisco Cortés para la expedición de la costa de Colima (1524), 311

(33) Ibid. 314; CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 454; Madariaga 1956, 320

(34) Martínez-Loza 1990, 15 - Cortés ya no podía saber que este mar estaba lo mismo que descubró Balboa.

(35) Hidalgo de Medellín; capitán ya en Veracruz y alguacil mayor de la ciudad; intervino en las más importantes batallas

(36) „Tuspeque“, CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 454

(37) Cerca de Huatusco; CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 454

(38) Ibid. 456

(39) Hacia julio de 1522

(40) 25.07.1523

(41) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 459

(42) „A unos cibdades de que muchos días había que yo [sc. Cortés] tengo noticia, que se llaman Uclaclan y Buatemala“ ibid. 474

(43) 25.07.1524

(44) Dokumente zur Geschichte der europ. Expansion 1987, 343; Westphal 1991, 169-175

(45) Hay una misteriosa Relación de Michoacán que trata de la expedición de un Francisco Montaño, pero ni Cortés, ni Bernál Díaz ni Gómara la mencionan. Martínez 1990, 352

(46) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 475

(47) 1487/88-1524; ya en 1518 está al servicio de Velázquez; se destinguó en Otumba y fue maestre de campo; cuando se disponía a ocupar Acolmán se encontró con Pedro de Alvarado, con quien se enemistó, además de hacerlo con Cortés, contra quien se rebeló

(48) Hoy día Lázaro Cárdenas

(49) Martínez 1990, 357

(50) HV, cap. CLVII, 390

(51) „En los libros de la renta de Montezuma mirábamos de dónde le traían los tributos del oro y dónde había minas y cacao y ropa de mantas“. ibid. cap. CVII, 391

(52) Moctezuma contó a Cortés por ejemplo que de la señoria de Zacatula había recibido aparte de bastimentos y armas también oro. Novella 1996, 28 y 30

(53) Ver Madariaga 1956, 320 y 342

(54) Martínez-Loza 1990, 12/13

(55) Ver CR, Carta Quinta (03.09.1526), 525-662

(56) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 509 y 511

(57) DC I, Instrucción civil y militar de Hernán Cortés a Francisco Cortés para la expedición de la costa de Colima (1524) 311/12

(58) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 473/4

(59) La tierra que hoy forma el estado México poblaban en los tiempos de la conquista 20 (Historia de América I 1991, 655) o hasta 25 milliones habitantes (Prien 1997, 71)

(60) DC I, Instrucción civil y militar de Hernán Cortés a Francisco Cortés para la expedición de la costa de Colima (1524), 313

(61) Ver García Gallo 1990, 144

(62) DC I, Instrucciones de Carlos V a Hernán Cortés sobre tratamiento de los indios, cuestiones de gobierno y recaudo de la real hacienda (26.06.1523), 267

(63) DC I, 265

(64) El rey estaba obligado a gobernar según el bien común en forma de buen gobierno. (Pietschmann 1980, 106). Cortés sostuvo que dichas instrucciones no tenían este carácter.

(65) DC I, Carta reservada de Hernán Cortés al emperador Carlos V (15.10.1524), 287

(66) DC I, Relación del oro, plata, joyas y otras cosas que los procuradores de Nueva España llevan a su Majestad (19.05.1522), 232-238 y más piezas, joyas y plumajes 239-249

(67) Se justificó: „ Parece yo haber gastado de las rentas de Vuestra Majestad sesenta y dos mil y tantos pesos de oro en la conquista y pacificación destas partes, demás de yo haber gastado todo cuanto tenía, que son más de otros cien mil pesos de oro, sin estar emeñado en más de otros treinta mil pesos que agora me han empestado para enviar a esos reinos, para me proveer de cosas necesarias y otros gastos de mi casa“. DC I, Carta reservada de Hernán Cortés al emperador Carlos V, 15.10.1524, 286

(68) Por ejemplo: „[Mando] que cualquier vecino que tuviere repartimento de indios desde quinientos indios para abajo, tengo una lanza y una espada y un puñal y una celada y barbote, y una ballesta o escopeta, e armas defensivas de las de España, y corazas o coselete, lo cual todo tenga bien aderezado, e dos picas, [...]“ etc. DC I, Ordenanzas de buen gobierno dadas por Hernán Cortés para los vecinos y moradores de la Nueva España (20.03.1524), 277

(69) Miembro del cabildo municipal encargado del gobierno económico

(70) DC I, Ordenanzas de buen gobierno dadas por Hernán Cortés para los vecinos y moradores de la Nueva España (20.03.1524),. 278

(71) Ibid. 282

(72) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 502

(73) Ibid. 500

(74) Calderón Quijano 1958, 3

(75) Ibid. 4

(76) EP, Cédula de Carlos V a los oficiales de la Nueva España (22.10.1523), 57 : „porque sin ella [sc. artillería] están [sc. las ciudades] a mucho peligro e dello se podrían recrecer muchos daños e inconvenientes a nuestro servicio“

(77) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 521 y DC I, Carta reservada por Hernán Cortés al emperador Carlos V (15.10. 1524), 290

(78) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 505/6 y Historia de las Americas I 1991, 504

(79) DC I, Relación de las cosas de oro que van en un cajón para su Majestad las cuales lleva a su cargo Diego de Soto (10.1524), 296 (también CR, 515)

(80) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 501

(81) Ibid. 503

(82) Martínez 1990, 389

(83) Ibid. 395

(84) según Martínez un solar medía 50 varas por lado (= 1764 m2·), ibid. 396

(85) 1502-1520

(86) 1469-1481

(87) Martínez 1990, 396

(88) DC I, Instrucciones de Carlos V a Hernán Cortés sobre tratamiento de los indios, cuestiones de gobierno y recaudo de la real hacienda (26.06.1523), 269

(89) por ejemplo DC I; Instrucción civil y militar de Hernán Cortés a Francisco Cortés para la expedición de la costa de Colima (1524), 314

(90) DC I, Carta de Hernán Cortés a Francisco Cortés dándole instrucciones y respuestas a sus consultas (09. o 10. 1524), 317 Desafortunadamente no hay hallazgos arqueológicos de la fase de fundación. Calderón Qijano 1958, 223

(91) DC I, Instrucciones a Hernando de Saavedra, lugarteniente de gobernador y capitán general en las villas de Trujillo y La Natividad en Honduras (1525), 355

(92) Ibid.

(93) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 509

(94) DC I, Arancel dado por Hernán Cortés a los venteros del camino de Veracruz a México (1524), 308/9

(95) Especie de salvia. Tuvo valor ritual y con ella se hacían las ofrendas.

(96) No había gallinas o gallos en el América prehispánica. Probablemente Bernál quiere decir guajalote.

(97) Canis caribaeus

(98) HV, cap. XCII, 198

(99) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 522

(100) DC I, Ordenanzas de Hernán Cortés sobre la forma y manera en que los encomenderos pueden servirse de los naturales que les fueren depositados (1524), 324

(101) DC I, Ordenanzas de buen gobierno dadas por Hernán Cortés para los vecinos y moradores de la Nueva España (20.03.1524), 278/79

(102) Reinhard 1985, 93

(103) DC I, Provisión real que manda y dispone que no se enajenará de la corona de Castilla la Nueva España ni parte alguna ni pueblo de ella (22.10.1523), 273

(104) Por ejemplo: DC I, Ordenanzas municipales para las villas de la natividad y Trujillo en Honduras (1525), 350

(105) Funcionario de supervisión

(106) Dirigente de economia

(107) DC I, Carta de Carlos V a Hernán Cortés en que le da instrucciones para el gobierno de la Nueva España y le anuncia el envío de oficiales reales (15.10.1522), 255/56

(108) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 512

(109) Por ejemplo: DC I, Provisión de Hernán Cortés designado a Gonzalo de Salazar y a Pero Almíndez Cherinos para reemplazar a Alonso de Estrada y Rodrigo de Albornoz como sus tenientes de gobernador de Nueva España (14.12.1524), 304-307

(110) DC I, Ordenanzas municipales para las villas de La Natividad y Trujillo en Honduras (1525), 347

(111) - Aunque Cortés preferería nombrarlos a su mismo, comó escribió al emperador un año antes: „Digo, muy católico señor, que no conviene a su real servicio, ni a la buena orden de la gobernación destas partes, que las tales elecciones se hagan por otra persona sino por el gobernador que Vuestra Majestad en ellas toviere, por muchos inconvenientes y escándalos que se podrían seguir.“ DC I, Carta reservada de Hernán Cortés al emperador Carlos V (15.10.1524), 291

(112) DC I, Ordenanzas municipales para las villas de La Natividad y Trujillo en Honduras (1525), 347/48

(113) García Gallo 1990, 141/42

(114) DC I, Instrucciones a Hernando de Saavedra, lugarteniente de gobernador y capitán general en las villas de Trujillo y La Natividad en Honduras (1525), 352/53

(115) Ibid. 354

(116) Ibid. 354/55

(117) Sus dos naos, dos carabelas, un bergantín, todo el equipo, el dinero para compras en Cuba y el pago de la tripulación costaron 35.926.8 pesos [de oro]. DC I, Relación de gastos que hizo Hernán Cortés en la armada que envió al cabo de Honduras al mando de Cristóbal de Olid (1524), 323 - o sea aproximadamente 149.700.000 pesos hoy día.

(118) CR, Carta Cuarta (15.10.1524), 492

(119) Ibid. 500

(120) Trueba 1954

(121) DC I, Carta reservada de Hernán Cortés al emperador Carlos V (15.10.1524), 290

(122) DC I, Ordenanzas de Hernán Cortés sobre la forma y manera en que los encomenderos pueden servirse de los naturales que les fueren depositados (1524), 324-327

(123) Pietschmann 1980, 86/7

(124) DC I, Instrucciones de Carlos V a Hernán Cortés sobre tratamiento de los indios, cuestiones de gobierno y recaudo de la real hacienda (26.06.1523), 268

(125) DC I, Carta reservada de Hernán Cortés al emperador Carlos V (15.10.1524), 286

(126) Biermann 1950; Hanke 1988, 48-56 y 259-331

(127) Gobernación de las Indias 1927, 313/14 (versión para „Tierrafirme“ [= Darién, Panamá])

(128) DC I, Cédula de Carlos V a Hernán Cortés en que concede prerrogativas a conquistadores y pobladores y socorro para los inválides (15.10.1524), 260; sobre las formas de esclavización ver también Pietschmann 1980, 78

(129) Whitecotton 1992, 206

(130) El primer fue construido en la isla de Santa Cruz / Cozumel. CR, Carta Primera (10.07.1519), 125

(131) Martínez 1990, 398

(132) Fray Martín de Valencia, fray Toribio de Benavente („Motolinía“) y otros

(133) Kuehne Heyder 1989, 157

(134) Desde 1508 la corona poseía los derechos de patrocinio sobre la Iglesia en España - y en los partes de España en ultramar, pero no obstante Cortés la consideró de un alliado poderoso y útil. Con las encomiendas la Iglesia tenía automaticamente intereses similares a los del conquistador.

(135) Madariaga 1956, 336/37

(136) DC I, Ordenanzas de buen gobierno dadas por Hernán Cortés para los vecinos y moradores de la Nueva España (20.03.1524), 279/80

(137) „Al establecerse fray Tomás de Rivas, en 1524, en Tepeaca, castigó ejemplarmente a varios hombres principales de Quauhtinchan, don Tomás Uilacapitzin fue ahorcado, el sacerdote Tochayotl fue descuartizado y también otros cómplices sufrieron la última pena.“ Kuehne Heyder 1989, 159

(138) 1484-1566

(139) - Tambien como „compensación“ por la pérdida de almas por la Reforma en Europa

(140) DC I, (13.05.1526), 362-367

(141) HV, cap. CLXXXV, 425/26

(142) Ver DC I, Carta de Carlos V a Hernán Cortés en que le anuncia la llegada de Luis Ponce de León, su juez de residencia (04.11.1525), 344/45

(143) „En América, los adelantados eran personas particulares que mediante asiento o capituöación con la Corona, tomaban a su cargo las empresas [sc. de descubrimiento o de conquista], obteniendo el título de adelantazgo como uno de las mercedes pactadas“. Zavala 1971, 130; Ver DC I, Cédula de Carlos V a Hernán Cortés nombrándolo adelantado de Nueva España (07.03.1525), 328-330

(144) DC I, Cédula de Carlos V a Hernán Cortés en que le concede escudo de armas (07.03.1525), 331-335; imagen en: Martínez 1990, 528

(145) DC I, Información sobre el hábito de Santiago que pide don Hernando Cortés, gobernador de la Nueva España (02.06.1525), 336-343

(146) [1528?]

(147) Ver DC I, Requirimiento y mandamiento que Marcos de Aguilar intimó a Hernán Cortés a fin de hacerle renunciar el cargo de capitán general de la Nueva España [...] (05.09.1526), 387-390

(148) Hay indicios que aspiraron a este propósito, como su sistema de encomienda, la manera en aquel reconstruyó Tenochtitlán como nueva capital o su intención de boda con la família del adelantado [!] Garay. La literatura se interesa mucho por esta questión. Probablemente Cortés no tenía propósitos firmes, pero probó qué pudo lograrlo.